Cuadernos de Beauchef: ciencia, tecnología y cultura volumen II

76 Cuadernos de Beauchef 2009; Masieiro, 2011, Andrade de Sá et al., 2013), pues el PNA, subsidia- do por el Estado, posibilitó a ese circuito perfeccionar su productividad y ganancias en todas las etapas de la producción del etanol (anhidro/ hidratado). De ese modo, en 2008 Brasil produjo 25 mil millones de litros de agrocombustible (etanol y biodiesel), utilizando 6,04 millones de hectá- reas de tierra. Conviene destacar que Brasil es uno de los únicos países que potencialmente todavía puede expandir su área agrícola, que es de 360 millones de hectáreas (lo que equivale a una Alemania). Descontan- do las áreas destinadas a la producción de alimentos (que por cierto han disminuido), otras culturas y bosques (bioma amazónico y cuenca del Alto Paraguay), existen 7 millones de hectáreas ocupadas con la planta- ción de caña para producción de azúcar (3% de toda el área agrícola en Brasil); 3,2 millones de hectáreas de caña para la generación de etanol (1% de toda el área agrícola); 24,5 millones de hectáreas para soja (9% de toda área agrícola); 22 millones de hectáreas para maíz (8% de todo el área agrícola) y 211 millones de hectáreas para pastoreo (79% de toda área agrícola) (Shaffel y La Rovere, 2010; Ministério da Agricultura, Pe- cuária e Abastecimento e Secretaria de Produção de Agroenergia, 2006; Masieiro, 2011; Andrade de Sá et al ., 2013). Con amplias ventajas comparativas para la producción de agro- combustibles, se observó que, desde 2000, se ha intensificado el núme- ro de fusiones y adquisiciones en el circuito productivo del etanol en Brasil, así como la internacionalización del segmento con la entrada del capital extranjero en aquel circuito productivo (Hira y Oliveira, 2009). Y no sólo eso. Se verificó también la adquisición de tierras por empresas extranjeras para producción de agrocombustibles, así como para la pro- ducción de alimentos. En 2009, el Banco Central brasileño publicó un es- tudio inédito, mostrando que el 29,5% de la inversión extranjera directa (IED) en el país, entre 2002 y 2008, se destinó al sector del agronegocio (Freitas, 2013). El estudio anterior mostró que la IED se destina específicamente a un conjunto de productos, tales como algodón, carnes (pollo, cerdo,

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