Cuadernos de Beauchef: ciencia, tecnología y cultura volumen II
18 Cuadernos de Beauchef da profesional para los jóvenes chilenos titulados (Id., p. 379; Villalobos, 1990, p. 124; Barros Arana, 1905-1906, p. 264) 8 . La fundación de la Universidad de Chile situó los estudios físicos y matemáticos dentro de un objetivo nacional y su Facultad contribu- yó a darle una cierta institucionalidad a sus cultores. El reglamento de 1844 ordenó el programa de estudio y estableció exigencias menores que en las otras profesiones, pues el ingreso a los cursos superiores de matemáticas no requería de bachillerato de humanidades, sino sólo de algunas materias. Estableció los requisitos para el grado de bachiller y de licenciado en ciencias físicas y en matemáticas, grados que casi no se otorgaron por no ser requisito para un título profesional. En los hechos, después de cursar los estudios matemáticos secundarios y superiores en el IN y de realizar una práctica aprobada por el Cuerpo de Ingenieros, se optaba al título de agrimensor. La primera labor de la Universidad de Chile fue establecer los es- tudios de mineralogía para el ensayador general. Para ello, nuevamente vía Claudio Gay, se contrató en París al ingeniero francés León Crosnier, también graduado de la Escuela de Minas, para que dictara la cátedra de química mineralógica en Santiago, con un sueldo de 2.000 pesos anua- les en 1844. La preocupación de las autoridades era ligar estos estudios con posibles ocupaciones para estimular la demanda de los alumnos. El ministro Montt pidió a Domeyko un proyecto para la formación de ensayadores generales, tanto en el IN como en La Serena. El informe de Domeyko proponía la creación de un Colegio de Minas, como el de México o como la Escuela de Minas de París, destinado a formar ensa- yadores en el aspecto técnico de la mineralogía para el sector privado, e ingenieros de minas o peritos facultativos destinados a ser adminis- tradores de minas y peritos en litigios. El Estado debía reglamentar sólo 8 El Reglamento establecía un programa completo de estudios de ingeniería que no se cur- saron, pero Gorbea, como su primer director, enseñó algunos de ellos a quienes ingresaban como ingenieros civiles, pero que era agrimensores. Luego esa docencia pasó a la Universidad de Chile. Su primer director fue Gorbea y los ingenieros subalternos eran Francisco de Borja Solar y Agustín Verdugo, ingenieros primeros; José A. Álvarez Condarco y José Pérez, ingenie- ros segundos; José Antonio Barra y Francisco Velasco, ingenieros terceros, todos chilenos y la mayoría discípulos de Gorbea.
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