Cuadernos de Beauchef: ciencia, tecnología y cultura volumen II

120 Cuadernos de Beauchef el intercambio entre los profesionales ejerciendo y los centros de for- mación (universitarios, técnicos, etc.). Los consensos globales, por su parte, son fuentes axiológicas y deontológicas, tales como códigos de ética y conducta, o la “Declaración de Singapur” o la “Declaración so- bre la Integridad científica en investigación e innovación responsable” (y otros documentos concernientes a la investigación, a los estándares de seguridad e integridad en el ámbito legal, nacional e internacional, los derechos humanos, etc.). Hacer confluir todos estos aspectos y los que de ellos se de- rivan, constituye, por sí solo, una tarea compleja. Como guía rectora de este apartado, consideramos que los estándares surgidos desde la tradición principialista de la bioética, en conjunto con los principios de responsabilidad (Jonas) y de la precautoriedad, y las recién menciona- das “Declaración de Singapur” y la de “Integridad científica e innovación responsable”, proporcionan un marco adecuado para orientar la tarea de fundamentar, acordar y operativizar los valores y principios que hoy constituyen los faros para las profesiones, en particular —aunque no exclusivamente— de las tecnociencias. Desarrollo de la capacidad de discernimiento La ética (también la profesional) dice relación con la vida, con cómo enfrentamos las diversas y variopintas situaciones en las que nece- sitamos (y/o debemos) tomar decisiones, posicionarnos, opinar y actuar. Se trata de un modo de ser de la persona que se muestra en la conducta que otros también pueden presenciar (y criticar, evaluar, admirar, etc.). Las teorías éticas, por su parte, son el conjunto de ideas y razonamien- tos que distintos autores han desarrollado para defender y explicar los fundamentos y criterios que podemos esgrimir cuando actuamos. Ellas operan como guías que la tradición nos ha heredado y que continua- mente revisitamos y reinterpretamos. Pero no debe perderse de vista que la ética no consiste sólo en esas teorías, sino que es un saber prácti- co que orienta la acción real, concreta, situada y libre. El discernimiento ético es precisamente ese ejercicio que, considerando nuestros criterios

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=