Los Futuros Imaginados

l o s f u t u r o s i m a g i n a d o s 86 87 Silvio Lang Un momento republicano es una relación de fuerzas. Una lucha. De los que gobiernan y de los que no quieren ser gobernados. Es la disputa del miedo en- tre el gobierno de los ricos y el pueblo de los pobres. ¿Quiénes tienen miedo? ¿Los pobres a los ricos con su monopolio de la violencia? ¿O los ricos a los pobres que se sublevan por el interés común? La re-pública no es el gobierno de los ricos. La re-pública es la potencia del pueblo de los pobres ejerciendo la cosa pública: instituyendo formas de vida, creando derechos de existencia. La República Argentina no se constituye sobre un desierto. El genocidio del Estado roquista no está saldado. Ese anta- gonismo retumba en nuestros cuerpos hasta hoy. Nacimos acá, estamos mezcladxs. El dispositivo de gobierno y sus criterios son los mismos del siglo XIX: rédito, acumulación, conquista, Dios, poder y Estado. ¿Cómo preparamos nuestros cuerpos para defendernos de esa expropiación energética y material continua? ¿Qué fuerzas incorporamos para crear vidas insurrectas? O SE ACABA LA OLIGARQUÍA O SE ACABA LA VIDA, reza una consigna revolucionaria mapuche. Terminé de escribir esta sinopsis para la performance Insurrección , el 15 de octubre. 3 días antes del estallido de la insurrección en Chile. Insurrección fue una intervención performática con la obra escultórica e instalación Re- p(úp)blica , del artista agentino Alexis Minkiewicz, que inauguró el Museo de Arte Contemporáneo de La Boca, Buenos Aires. Con lxs performers — Rodolfo Opazo, Nehuen Zapata, Lucia Amico, Jaguar Dorado y Alan Borsin—, además, de haber compartido con ellxs otras experiencias investigati- vas, me interesaba que pueda reco- nocerse en ellxs sus corporalidades amerindias: mapuches y guaraníes. imaginación de la insurrección // silvio lang es director escénico y se dedica a la investigación teórica, la enseñanza y colaboracio- nes artísticas en danza contemporánea, performan- ce, dramaturgia y teatro. Ha sido docente de diversos espacios independientes e instituciones culturales y universitarias de Argentina y de Latinoamérica. Creó y coordinó el Programa de Formación de Dirección y Creación Escénica de la Escuela de Arte y Oficios del Teatro Argentino de La Plata. Fue productor y cola- borador académico del Programa Lectura Mundi de la Universidad Nacional de San Martín. Participa del colectivo de activismo cultural Escena Política; el co- lectivo feminista Las Insumisas de las Finanzas y el co- lectivo de investigación militante Lobo Suelto. Coordi- na la Escuela de Técnicas Colectivas y la Organización Grupal de Investigaciones Escénicas - ORGIE. c a p í t u l o 1 . l a h i s t o r i a e n e n t r e d i c h o Exponer, en el blanco del museo contemporáneo, en un barrio en proceso de gentrificación, la racialización que funda nuestras repúblicas latinoa- mericanas, axiomatizadas en el mercado mundial. Vérnoslas con la razón de la negritud y sus mezclas. Más íntimamente necesitaba resonar con la materialidad de la ternura del cuerpo mapuche de mi abuela materna y la sensualidad de su hijo, Favio, mi tío marrón, que lo mataron por maricón en un liceo militar de La Pampa. Mi abuela y Favio no pudieron defenderse de la humillación, las palizas y el crimen de odio. Y la historia de mi vida se juega en la bilis que tragué y en la bilis que escupí para que no me encierren afuera o me maten. Con lxs performers, y Maria Landeta en la colaboración artística, traba- jamos a partir de técnicas diversas de ataque y defensa, o gestos impro- bables, que podían volverse defensivos, y sus posibles proliferaciones o virtuales. Pensamos con el libro de Elsa Dorlin: Defenderse. Una filosofía de la violencia . La hipótesis de que la idea paranoica del Estado y la acu- mulación originaria del capitalismo no sólo nos ha expropiado tierras, fuerza de trabajo, energía libidinal, capacidad reproductiva, imaginación creadora, derechos de existencia, sino, también, la violencia corporal y discursiva así como el derecho al uso e invención de las armas que nece- sitamos para defendernos de esa expropiación continua. Plantear la cues- tión de la violencia, entonces, nos parece imprescindible, para cualquiera de nuestras vidas tuteladas por la extorsión neoliberal. Pese a la cual, resistimos, deseamos y nos fugamos fabulando y creando otras formas de vida. Hacer pasar elementos insurreccionales en los cuerpos existentes; fogo- near una insurrección; preparar los cuerpos en la defensa colectiva de axiomas y derechos existenciales nuevos; desprogramar los cuerpos or- ganizados para enlazar con la potencia sin fondo; ritualizar la incorpo- ración de fuerzas combativas; sacarse el miedo. Estos fueron algunos de los criterios performativos que ocupamos para fabricar la escena con el público. Luego de casi 50 minutos de cuerpos en Insurgencias Afectivas y vulnerabilizados a la corporalidad de lxs espectadorxs, agitados por el álbum “El futuro es tumba”, de Agustín Genaud, lxs perfomers se emba- durnaban sus cuerpos con miel líquida y se alían a lxs espectadorxs para ser lamidos. Una res-pública sensualizada que asume y se re-encanta con sus materialidades de la tierra y pieles amerindias. El antecedente de esta performance había sido un taller de creación per- // silvio lang i m a g i n a c i ó n d e l a i n s u r r e c c i ó n

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