Los Futuros Imaginados
l o s f u t u r o s i m a g i n a d o s 64 65 Los hoy nebulosos límites de una “obra audiovisual” debiesen también incorporar al resguardo de sitios web, registros amateurs , videos virales y un sinfín de nuevos lenguajes, para lo que se necesita infraestructura, profesionales, ideas innovadoras y principalmente voluntades políticas que garanticen el resguardo del capital cultural de las comunidades. Será pertinente articular macromodelos de conservación de la totalidad del audiovisual digital producido en el país, camino en el cual juegan un rol preponderante las instituciones universitarias estatales, quienes poseen la figura dual de públicas y autónomas, garantizando que estos procesos no queden expuestos a intereses de otro tipo que no sean ex- clusivamente los del conocimiento y la extensión cultural, para lo cual también se hace fundamental revisar la relación que existe entre arte y educación bajo las políticas estatales actualmente en curso. La profusión de imágenes digitales significa una importante oportu- nidad para comprender que los archivos audiovisuales y cinetecas del siglo XXI deben ejercer su rol desde el interior de las sociedades. Si la esfera pública se conforma con el acceso a los registros, es deber de las instituciones abocadas profesionalmente a la conservación, incidir en las metodologías que permitan la sobrevivencia de las imágenes fuera de las oscilaciones del mercado streaming , la inmediatez de las des- cargas o el mero consumo. Se trata de finalidades distintas, donde la difusión no aplica los mismos criterios que el campo de la conservación. De acuerdo a esto, resulta urgente establecer marcos regulatorios que sean eficaces en la conservación de la diversidad de nuestro audiovisual, sea éste el pequeño registro de una manifestación, o una gran película comercial. Se trata de una instancia precisa para obligarnos a repensar la necesidad de resguardar nuevas fuentes documentales, lenguajes con- temporáneos que hablan de la posición de la gente frente a un orden social que rechaza, y para lo cual emergen nuevas formas de abordar el patrimonio audiovisual. La sociedad, que parece haber articulado sus propias redes comunicantes en las cuales instala formas de expresión y denuncia, ha entrado en disputa con la hegemonía de una “cultura ofi- cial” verticalista, demostrado en la apropiación del espacio público. Así, la producción de narrativas de este proceso social derivará en futuros puntos de vista curatoriales, entendidos esencialmente como acciones políticas que instalarán prácticas de conservación y preservación para sentar las bases de los futuros estudios culturales. c a p í t u l o 1 . l a h i s t o r i a e n e n t r e d i c h o
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