Los Futuros Imaginados

l o s f u t u r o s i m a g i n a d o s 62 63 Luis Horta El actual proceso político chileno, que a la fecha suma más de 50 días de protestas sociales, es el único en toda la historia de nuestro país que ha sido registrado profu- samente en soportes audiovisuales. Principalmente se trata de registros amateur , creados espontáneamente desde el interior de la propia comuni- dad con cámaras portátiles y celula- res, puestos en acceso generalmente por redes sociales. Se trata de registros que en muchos casos denuncian la violencia represiva del Estado, pero también documentando marchas, manifestaciones, actos performáticos y situaciones cotidianas de las pro- testas, en duraciones que no superan los 3 minutos. Un invisible colla- ge de piezas audiovisuales digitales, cuyas narrativas están relatando en tiempo presente la utopía de la sociedad civil por un trato justo y equitativo en un modelo regido por el mercado. Esta conciencia de los sujetos respecto al presente, a la par propone un futuro incierto para los archivos que lo documentan, donde posiblemente gran parte de ellos terminarán irremediablemente desapareciendo, eliminados de sitios de internet o inutilizables en algún respaldo doméstico: la fragilidad de los soportes digitales hace preponderante repensar las formas de conserva- ción de nuestro patrimonio audiovisual en todas sus diversidades. Las fuentes documentales de la his- toriografía, los archivos, sugieren la captura de una huella de tiempo en una materialidad específica. Palabras, sonidos, imágenes y objetos serán administrados para construir, en base a ellos, una realidad que en su narra- ción dispondrá una configuración del pasado. En rigor, se trata de subjetivi- dades que permitirían comprender la relación entre sujetos y su comunidad, La protesta registrada: Patri- monio audiovisual e historiografía en el siglo XXI // luis horta es Cineasta con especialidad en Post Producción de la Escuela de Cine Universidad Arcis, Chile, y con estudios de especialización en restau- ración cinematográfica en la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM. Actualmente es Coordi- nador de la Cineteca de la Universidad de Chile. Ha publicado "Por qué filmamos lo que filmamos" (2013), "Identidad y memoria, rescate y recuperación de ma- teriales fotoquímicos" en “Diarios de rodaje” (2015) y "Artistas en la industria. Los orígenes del cine sonoro chileno" (2019), entre otros trabajos. c a p í t u l o 1 . l a h i s t o r i a e n e n t r e d i c h o a partir de los saberes contenidos en esta materialidad. Así, cuando con- servamos un archivo, en rigor estamos conservando los conocimientos que éste alberga. Las movilizaciones sociales han iniciado un momento de rearticulación en la sociedad chilena, resignificando las formas de hacer institucionali- dad. Por ello, cabe preguntarse respecto a la narración historiográfica de este proceso, cuyas huellas son los miles de registros audiovisuales que, debido a la fragilidad de su soporte, podrían eliminar la microhistoria del cual se construye este relato, permeando la condición de aquello que entendemos como Patrimonio Audiovisual. Lo que se supone “es heredado”, en este caso tiene la noción de desaparición a partir del mismo momento en que es elaborado, ya que la imagen digital fluctúa entre lo perenne, lo efímero y lo manipulable. Próximos a convertirnos en antepasados, las futuras generaciones verán restringidas las fuentes documentales que permitan comprender las subjetividades de hoy, in- hibidos por la ausencia de procesos de conservación y salvaguarda del audiovisual digital. Repensar las prácticas políticas de los archivos locales resulta un nuevo desafío ante la infinidad de registros amateur existentes, cuya rebeldía y espontaneidad obliga a replantearse qué se entiende por “obra audio- visual”. La cadena de circulación creada desde el interior de las mismas comunidades, no ha necesitado de instituciones mediadoras para ser eficaces en la relación existente entre imagen y públicos. Con ello, resul- ta pertinente preguntarse respecto a las prácticas de conservación para los archivos en este proceso social, respuestas que solo pueden surgir al reestructurar las políticas públicas destinadas a la conservación y pre- servación de nuestro patrimonio audiovisual. En rigor, se trata de pensar los procedimientos en que los saberes serán heredados, entendiendo que los archivos digitales son una fuente de acceso a las subjetividades de nuestro presente. Hoy, más que en ningún otro proceso político chileno, el relato audio- visual de un individuo permite comprender y reconstruir la historia de nuestra cultura sin la figura de la “autoría” tradicional. Las narrativas historiográficas demandarán que una cineteca del siglo XXI sea un pro- ductor de sentido a partir de los archivos que conserva, ya no para al- macenar y administrar enciclopédicamente los objetos, sino para pensar activamente los presentes. // luis horta L a p r o t e s t a r e g i s t r a d a : P a t r i m o n i o a u d i o v i s u a l e h i s t o r i o g r a f í a e n e l s i g l o X X I

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=