Los Futuros Imaginados
l o s f u t u r o s i m a g i n a d o s 198 199 improvisación en red significa la aceptación de una latencia por la cual la gestualidad del otro distante se hace presente. Es un “sí” a la repre- sentación del otro. Esto es de singular importancia en el contexto de lo que Oyanedel plan- tea como desarticulación entre el acto y la actitud. Si bien él se plantea críticamente frente a actitudes artísticas despegadas de actos, al abs- tenerse de crear música por la necesidad de actuar también se opera una separación entre presencia, en tanto acto, y su representación, el componer. A. Pero eso también podría entenderse en sentido de aceptar una laten- cia. Existiría una distancia entre el acto y la actitud, entre el momento de la acción en las calles y el posterior momento de componer. Allí hay un “sí” semejante al de Peters; una paciente espera al momento propicio de la actitud. B: Está bien, pero tal latencia entre la acción y la composición resulta in- determinada y por eso sometida a cierta reducción a la idea. En el tocar y cantar mientras se escucha el “caceroleo” hay un ejercicio de actitud unida al acto; la construcción artística a partir de una escucha y no una contemplación artística ex post . A: Pero en eso hay una ingenuidad de creer que esa presentación-repre- sentación puede cambiar las causas que provocan el clamor callejero. B: Reconocemos que hay ingenuidad, pero apelemos a la música que ocurre en las calles. Allí no solo se corean canciones hermosas de Víctor Jara como “El derecho de vivir en paz”. En este último tiempo, muchos músicos profesionales han montado decenas de veces a lo largo de Chi- le el “Réquiem” de Mozart en las calles. Allí no está la presentación del impecable oficio del compositor vienés. Para eso se acude a una sala de conciertos que ofrece mejores condiciones para la audición. ¿Qué hace esta icónica última obra de Mozart en medio del ruido? Esta es una mú- sica compleja que se transforma en alimento para levantar la dignidad de la calle. Se suma la excelencia de la obra, la pericia de los músicos, pero también la ingenuidad entusiasta de creer en este acto; lo que po- dríamos llamar el compromiso artístico; la actitud. c a p í t u l o 3 . V o c e s , c o m u n i d a d e s , e s p e r a n z a s . O p i n i o n e s y d i á l o g o s A: Con ese ejemplo se quiere decir que si el compositor no hubiera com- puesto y no hubiera estado el compromiso de los músicos no habría existido tal dignificación de la calle, de lo público. No obstante, la opción de Oyanedel, en tanto es libre y legítima, lo dignifica a él mismo tal como podría ser el tocar a Mozart en la calle. B: Por cierto, eso es lo fundamental. Siguiendo lo dicho por Heidegger, este artículo nunca llegará a reemplazar la verdadera conversación “cara a cara” entre ambas posturas, pues allí es donde está la verdadera ejer- citación del “mirar del pensamiento”, del cual este escrito es solo un imaginario remedo que no logra agotar la discusión, ni menos dar la razón absoluta a una de las partes. Lo que se pretendió relevar es cómo la creación artística colaborativa en red contribuye como eurística de este mirar intersubjetivo que esperamos se constituya como una for- ma válida y complementaria al pensar sujeto-objeto que desarrollan las ciencias. Podríamos decir que la postura de Oyanedel es más “científica” pues es asincrónico el momento del acto y la actitud tal como en las ciencias experimentales. La posición de Cori aboga más por lo propio de la música por la sincronía que es el “momento de escucha” sobre el “punto de vista”. Complementando ambos podríamos imaginar un futuro donde ciencias y artes compartan plena legitimidad en la creación de los saberes; sin invisibilizarse sino mirándose y escuchándose mutuamente. C r e a c i ó n a r t í s t i c a c o l a b o r a t i v a y c o n t i n g e n c i a // rolando cori
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