Los Futuros Imaginados
l o s f u t u r o s i m a g i n a d o s 132 133 La otra perspectiva me parece más seductora. A partir de los años 2000, hubo un renacimiento significativo del cine documental en todas partes. Es sorprendente, en el caso brasileño, que un tipo de cine que básica- mente solo se podía ver en festivales de cine o proyecciones en cine-clu- bes y más raramente en sesiones especiales de televisión, haya ingre- sado al mundo de los cines, sin mencionar las abrumadoras descargas para ver los documentales en las computadoras. Si hace no mucho los documentales más exitosos alcanzaron el resultado irrisorio de 50,000 espectadores, ahora más de un millón de personas los ven en cines, canales de televisión por cable y descargas de Internet. Es un fenómeno que parece ser una respuesta a la inmaterialidad excesiva del mundo y de las relaciones personales y sociales, la excesiva ficcionalización de la experiencia cotidiana, el surrealismo inimaginable de nuestras relacio- nes político-institucionales. De alguna manera se podría decir que los brasileños carecen de realidad y una forma de tratar de rescatarla es el consumo muy elevado de películas documentales. Esto nos lleva al último punto de esta presentación: el cine del futuro en términos de Brasil. Como todos saben, Brasil atraviesa uno de los momentos más difíciles de su historia, acercándose a lo que fue el país durante la dictadura civil-militar (1964-1984). La diferencia fundamental, que no es despre- ciable, es que ahora se está instituyendo mediante una elección, que eligió a un ex militar, un gobierno autoritario y un destructor de formas y prácticas que son sensibles a cualquier democracia. Los efectos de esto ya se sienten en solo nueve meses de gobierno. La estrategia es sim- ple y efectiva. Retirar dinero y cualquier financiamiento que no esté de acuerdo con la agenda oficial y la "buena moral". Tomemos, por ejemplo, el recorte radical en la financiación de universidades e investigación en términos generales. Esto está asociado con la propuesta, pero con abun- dantes fondos públicos, de la creación de escuelas militares en los ciclos de educación básica. Las escuelas existentes pueden optar por militari- zarse. En 16 de los 26 estados brasileños, algunas escuelas han elegido este camino. Se designó personal militar para puestos clave en todas las áreas, incluidas las de cultura. Un militar dirige la Cinemateca Brasileña. Otro la Agencia Nacional de Cine. Otro el Instituto de reforma agraria. Brasil fue el último país del mundo en tener una "comisión de la verdad" creada solamente en 2014, 30 años después del final de la dictadura ci- vil-militar, con su trabajo ya terminado. La Comisión sucesora, responsa- c a p í t u l o 2 . P o s i c i o n e s a r t í s t i c a s e n l a i n t e m p e r i e ble de reconocer los crímenes de estado y localizar a los asesinados por la dictadura ha cambiado sus miembros y está encabezada por un militar y un miembro del partido del presidente, ambos defensores de la dicta- dura y la tortura. Esto solo para dar un ejemplo de cómo van las cosas. En términos culturales, numerosas exposiciones están siendo cancela- das o censuradas. Una exposición del tema LGBT+ se cerró después de su inauguración en Rio Grande do Sul. El alcalde de Porto Alegre, tam- bién en Rio Grande do Sul, impidió una exhibición en el Ayuntamiento de caricaturas donde había algunas del propio Presidente. El alcalde de Río de Janeiro, en la Bienal Internacional del Libro, retiró un cómic que mostraba un beso homoafectivo. La justicia no lo dejó y el libro se agotó en ventas. Un seminario titulado "Los caminos del pensamiento" tuvo su presupuesto cancelado una semana antes de su apertura. Finalmente, una película sobre un guerrillero brasileño, Marighela, lista y editada, no pudo estrenar por la cancelación de los cines. Todo esto sin mencionar el asesinato de Marielle Franco, concejal de la ciudad de Río de Janeiro y defensora de las causas LGBT, hace un año y sin el descubrimiento de sus autores intelectuales, y la tétrica celebración posterior de la derecha brasileña rompiendo el letrero de calle hecho en su honor entre otros actos de barbarie. Brasil ha sido tomado por una derecha troglodita que ya no se avergüenza de su propia ignorancia o de su defensa de la tortu- ra y la dictadura, como lo hizo el Presidente al alabar a Pinochet y exaltar el asesinato del padre de Michelle Bachelet. Estos son solo algunos ejemplos de lo que está sucediendo en Brasil. Huelga decir lo que esto significa para las universidades brasileñas, las artes y el cine, que intentarán sobrevivir sin fuentes de financiación y con una fuerte censura en los próximos años. En el caso de las universidades se pretende finalizar los cursos de humanidades y artes. Por el contrario, esta semana podemos estar experimentando uno de los últimos estertores de nuestro pasado democrático con algunas pelí- culas que acaban de estrenarse y que han escapado de esta política de exterminio. Dos películas, que desafortunadamente aún no he visto, revierten el cine desesperado que pobló la cinematografía en los años 2000 en adelan- te, con la producción de películas distópicas que mostraron en bruto la forma exasperante en que las élites y la burguesía reaccionaria de Brasil, // paulo menezes e l f u t u r o d e l a s a r t e s v i s u a l e s
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=