El estado en la escena : teatros universitarios de Santiago 1940-1973
Pero» también se encuentra presente en el teatro aficionado de la época el influjo del teatro profesional tradicional. Dice Eulogio Larraín Ríos, dirigente del Ateneo Obrero "Lo Franco" : "Pocos son los que tienen conciencia de que el teatro no debe ser una profesión para el obrero y el empleado, sino una entretención, un medio cultural, una palanca para reafirmar y mover sus ideales y aspiraciones. ¿Se da cuenta qué se - ría de todos si cada aficionado pretendiera lle gar a ser artista profesional? "Creo que el arte tiene ya demasiados explotado res, que necesita corazones entusiastas y desin teresados, cultores del arte por el arte y por sus beneficios espirituales". Y termina señalando: "Tenemos que suprimir esas veladas de homenajes que son a beneficio rotativo de los actores que tienen como único trabajo vender entradas para llenar sus bolsillos" (1). ¿Pero qué hacen frente a todo ello las organizaciones sindi cales?. Poco o nada. Resulta interesante la advertencia que el líder de las mancomúnales hace con respecto a la escasa preocupación que muestra la organización sindical por el de sarrollo cultural obrero. (1) VEA, 1943 "Si bien es cierto que la emancipación de los trabajadores (económica y espiritualmente) debe ser obra de los trabajadores mismos, el imperio1
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