El estado en la escena : teatros universitarios de Santiago 1940-1973

llegar a un consenso el movimiento implemento por algún tiem po una doble acción (1). Una reivindicación cada vez más sim bélica y poco efectiva ---reducida a declaraciones públicas— sobre el Estado. Y un intento de llenar a través de sus pro pias organizaciones el vacío dejado por la indecisión guber­ namental. Pero esas organizaciones, lo mismo que la estrate_ gia política obrera, también se veían profundamente modifica das. Así como el movimiento obrero se integró al reformado siste­ ma político-institucional post-oligárquico, así también se a cogió masivamente a su legislación laboral. Esta hacía del sindicato la estructura predominante de organización y parti_ cipación asalariadas. Si bien el sindicato legal cumplía funciones más efectivas, éstas se reducían al estricto plano de la reivindicación económica-corporativa. Las restantes dimensiones del quehacer organizativo de la clase •— especial­ mente la político-cultural que caracterizó al movimiento o - brero de comienzos de siglo--, se perdían con ello. Esto es, la conformación de una "sociabilidad obrera" que incluía la auto-educación, la generación de medios propios de comunica­ ción ( especialmente la prensa), de expresión artística (las filarmónicas y conjuntos aficionados), de elaboración inte­ lectual ( las ateneos obreras), de capacitación científico- técnica (las universidades populares). En fin, todas estas funciones o terminaron por concentrarse en las cúpulas par­ tidarias o se traspasaron al Estado y a sus aparatos espe - cializados. Como lo señala Bengoa, si bien estos cambios en la forma y objetivo de la organización asalariada "se man - tiene la autonomía ideológica de la clase y del sindicato,se modera su independencia política frente a los partidos y al Estado, de quien se es en muchos casos parte integrante. En cambio de la sociedad, se pierde la autonomía y se produce un amplio proceso de integración. La "sociedad obrera" se disuelve en la sociedad global, en el sistema urbano, en el sistema cultural y educativo que trata de integrar — desi - gual y segregadamente— a estos sectores"(2). (1) Producto de las crecientes disputas, se quiebra y desaparece en 1946 la CTCH y en el 48, el bloque frentista (ilegalización de Partido Comunista, retiro del Parti­ do Socialista del Gobierno de González Videla) (2) José Bengoa: "Autonomía política y cultura obrera: segundo comentario11, en Proposi­ ciones N° 5, Año 2, 1982.

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