El estado en la escena : teatros universitarios de Santiago 1940-1973

que. So trata de buscar una línoa urtístico-política pro­ pia, que levante la "decadencia" lei teatro aficionado obre ro. "Los cuadros obreros necesitan de una voz dire£ tiva que les señalo rumbos y los inculque el de­ seo perfeccionamiento ya que, por el momento,se nota una desorientación total de los aficionados. De esta Central depende pues el futuro del teatro obrero; de ese teatro que es la fuente del verda doro teatro popular, do donde saldrán los nuevos valores de la escena de Chile, tanto autores co­ mo actores..." (1). Para tal labor — ^señala— la Central necesita apoyo, pero ¿de quiénes? Acá cabe notar otro cambio interesante. La convo­ cación a unos personajes nuevos: los intelectuales y artistas profesionales; en este caso, los organizados tras la AICH(2). La asesoría de los intelectuales, . través de charlas, confe­ rencias y orientación "en terreno" sería una contribución a la formación de esos nuevos valores que se buscan para el teatro popular. Valores que — recalca la organización-— deben sur­ gir y desarrollarse en medio de la misma clase obrera. (1) Frente Popular, Santiago, Io de Abril de 1938. (2) La Alianza de Intelectuales de Chile (AICH) se formó en 1937 con el fin de defender a los hombres y obras de cultura amenazados por el fascismo europeo y las dictaduras latinoamericanas, formaron parte de ella numerosos escritores, artistas y científi­ cos nacionales. Apoyaron decididamente la campaña electoral del Frente Popular. Su máximo dirigente fue Pablo Neruda. Ourante su existencia (1937-40), la Asociación a sumió un rol crítico de la política cultural de la administración de Alessandri e in tentó darle una orientación más definida a la de Aguirre Cerda. Consecuente con e - lio, formó un departamento especial de cultura obrera en el que se ofrecían charlas y conferencias a sindicatos y organizaciones asalariadas. De esta manera abrían una alternativa a las actividades realizadas por el DEC.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=