El estado en la escena : teatros universitarios de Santiago 1940-1973
Pe^o las restantes compañías» l&s que animaron can entu - siasmo la escena criolla, fueron al desastre. Con ellas la suerte del teatro nacional quedó sellada. \ partir del 30 dice el crítico Duran Cerda: ’Viene un interregno en que el teatro chileno arrastra una existencia anémica sostenida por una producción mostrenca y rutinaria encamina da únicamente a la obtención de un pronto lu cro económico de empresarios ---actores, cabe- cas de compañías, y autores (...). Proliferò un tipo de obras menores de mezquino ambiente costumbrista que solían integrar programas de variedades o de complemento de una obra mayor, incapaces de llenar por sí solas una función, o, en fin, acabalaban presentaciones radiofó nicas de auspicio comercial” (1). ¡A qué dramatizar! En buenas cuent ■íl 3 Q 1 mismo esquema pre- valesciente durante el ’apogeo”¡ sólo que ahora más degrada do r En la declinación de la actividad aficionada, específicamen te la obrera, también la crisis económica, especialmente la salitrera declarada en Ib27, resulta decisiva al provocar la aguda cesantía del sector y su consecuente dispersión geo gráfica y orgánica. A ello se suma la persecución política- de la dictadura de Ibáñes (1927-31) a sus contingentes más radicalizados y la agudización de la pugna ideológica inter na del movimiento obrero ( anarquismo-socialismo, t.rostskys- mo-stalinismo, socialismo-comunismo). Finalmente también tiene ingerencia el aparecimiento y extensión hacia los ba rrios y urbanizaciones periféricas de nuevas.formas masivas de recreación y comunicación: billares, salones ele baile y también el cine. Debilitada esta franja histórica de acti1 (1) Duran Cerda: 1963
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