El estado en la escena : teatros universitarios de Santiago 1940-1973

la primera "revolución teatral" de 1940, cuya envergadura de propósitos podría asemejarse, esta nueva experiencia no se realizó utilizando un modelo ya conformado tras largo proceso de maduración, en este caso, por los países desarrollados. A- hora el desafío era mayor. No existía, o no se encontró, tal modelo: había entonces que inventarlo sobre la marcha, Y se quiso elaborarlo a partir de uno arrancado de la práctica cul tural que parecía o se quería más representativa del país: la de sus sectores populares. Esta práctica sin embargo, no pa­ recía haber estado demasiado presente en la tradición teatral previa. Más bien, había sido deficitariamente aprovechada por los teatros universitarios desde su origen. Estos al alzarse contra toda la realidad teatral vigente en el momento de su nacimiento, se desentendieron de lo que podría haber sido re­ ivindicado artística y culturalmente de algunos exponentes del teatro obrero y social y del crítico-costumbrista de las primeras décadas del siglo. Tal vacío de continuidad histó­ rica no podía sino pesar en los intentos de conformar un ar­ te de proyección nacional y popular a partir de 1968. Básica mente este hecho venía a señalar el desarrollo paralelo que había operado hasta entonces entre el quehacer creativo de los intelectuales y artistas universitarios, por un lado, y el pueblo en su vida cotidiana, por otro. A pesar de ello, el esfuerzo más serio y profundo de sub­ vertir esta situación fue realizado durante este período, con los desfaces esperables entre teoría y práctica. Con­ cepciones sugerentes y renovadores se empeñaban muchas ve­ ces al momento de su actualización o, viceversa, en que u- na práctica germinal e intuitiva no alcanzaba a ser evalua­ da ni sistematizada. Pero el camino se había abierto y se necesitaba seguramente más que nada de una fase prolongada y persistente de desarrollo para acentuar un proyecto alter­ nativo y superior de hacer teatro desde la perspectiva de los intereses nacionales y sus clases mayoritarias. Los aconte­ cimientos del 11 de septiembre de 1973 vinieron a suspender indefinidamente la experiencia. Sin embargo, la inquietud lograda por su intermedio volverá a rescatarse progresivamen te años más tardes en ámbitos extra-universitarios. Años en que el contexto nacional y teatral, así como las necesida - des culturales se han visto modificadas radicalmente. Pero

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