El estado en la escena : teatros universitarios de Santiago 1940-1973
Pues bien, teniendo corno base estos principios, diversas ini^ dativas y actividades corno las planteadas se venían real i - zando en precarias condiciones en las Universidades, especial^ mente la estatal. Y en vista que el Gobierno no se resolvió a emprenderlas tal corno se pedía — esto es, centraliza y pla- nificadamente— la Universidad terminó por asumirlas progresi vamente corno labor propia. De esta manera, se inauguraba un nuevo aparato para el desarrollo artístico nacional, el cual si bien sería financiado crecientemente por el Estado, sus contenidos y actividades serían definidos e irnplementados en forma autónoma por parte de sus productores directos: la in telectualidad universitaria. Pero esta autonomía de gestión no era política ni social,por cuanto la intelectualidad universitaria eran integrante de la base de apoyo del Estado post-oligárquico. Como tal, era ob jeto de sus políticas de promoción social, económica y cul tural. Y en el caso de la Universidad de Chile, tanto sus autoridades académicas como su movimiento estudiantil eran a£ tivos miembros de los partidos políticos aliados en el Fren te Popular. Por tanto, la autonomía de la intelectualidad u- niversitaria no era buscada, como antaño, para oponerse a los programas gubernamentales, sino para completarlos y extender los en su esfera propia de actividad. Actividad que trascen día con. largueza el mero ámbito académico para querer proyec tarse sobre la cultura nacional global ( 1 ). La Universidad, como veremos, intentó cumplir un rol comple mentario y supletorio de la política cultural estatal allí donde ésta se mostraba más débil y vacilante: el desarrollo del arte nacional. Terreno en el cual la Universidad de Chi le proveía a la fecha una cierta e,cpo¿ i^aoia acumulada y,so bre todo una concepción que se avenía perfectamente con las demandas del movimiento social, las expectativas de lideraz go de la intelectualidad frentista, universitaria y no uni versitaria, y con las necesidades de un Estado en pleno pro ceso de modernización y democratización. (i) Esta referencia a la organización cultural de la nación se debe, como veremos, a la fuerte vocación política de los cuadros universitarios que desde temprano defendie ron los principios liberal-democráticos y su visión iluminista de la cultura. En es te proceso la Universidad de Chile cumplió un rol cencro. La extensión que obtuvo esta visión en la sociedad chilena, también alcanzó a los grupos social-cristianos que se propusieron renovar el pensamiento conservador, precisamente a partir de la década del 30. Un papel destacado aquí, cumplieron los estudiantes de la Universi dad Católica.
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