Aisén Reserva de Vida: testimonio de un arquitecto activista ambiental formado en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile

39 Peter Hartmann Samhaber • Junto con el arraigo o parte de él, está la necesidad de comprender el lugar en que vivimos. Conocerlo, haberlo visto es importante, pero comprenderlo es sentirlo, quererlo o amarlo. Quien quiere a su región, la cuida y la engrandece. • Los valores de la solidaridad, la no violencia y la participación democrática de todos en la definición de los destinos de la región. • El ordenamiento territorial con apropiada base y calidad de investigación técnica y participación ciudadana informada. Proyectos específicos. En cuanto a ideas o líneas de proyectos específicos y urgentes para ir concretando el Aisén Reserva de Vida, tenemos la siguiente lista: • Estudios básicos para intervenir con conocimiento. • Dignificar lo regional; usar materiales de construcción regionales y que los servicios públicos hagan sus adquisiciones en la región; eso da mucho trabajo y empleo acá. • Recuperar recursos deteriorados: pesca, bosque, agua, suelo. • Manejar sustentablemente las actividades económicas existentes. • Poner en valor los potenciales existentes, por ejemplo, el “mejor agua del planeta” (envasarla); el paisaje, lo prístino, y varios de los aspectos que habitualmente se presentan como negativos, como el aislamiento y la escasa población, a los que con inteligencia se puede sacar provecho. • Capacitación y educación ambiental para la coherencia y sustentabilidad. • Agregar valor a los productos – materias primas regionales que hoy se exportan en bruto, sucios, en pie, sin provocar desarrollo ni producir fuentes de trabajo acá. Además, así se podría sacar partido a los subproductos con efectos aún mayores sobre el empleo.

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