Aisén Reserva de Vida: testimonio de un arquitecto activista ambiental formado en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile

14 Aisén Reserva de Vida base de visitas de unas pocas horas a terreno, en base a antecedentes mal elaborados o errados. En cuanto al argumento de los “altos costos” de cualquier otra posibilidad, me pareció que era necesario detenerse en su análisis, ya que una población tuberculosa y desnutrida, un poblado sobre un pantano sombrío, sin posibilidades de expansión y sin respuesta al rol que lo origina, no es muy promisorio. Igualmente, la supuesta inviabilidad de Caleta Tortel resultó ser falsa, pues ese poblado hoy se ha convertido en un lugar de atracción turística y arquitectónica de nivel nacional e internacional. Al terminar mi trabajo, abandoné uno de los lugares más aislados de Chile. Era entonces pleno invierno, hacía −20º C, y allí estaba todo por hacer, con grandes problemas por resolver. Esta fue una experiencia inolvidable en la cual aparte de aplicarnos como arquitecto urbanista y fotógrafo, realizamos varias exploraciones. Nos enorgullecemos de haber sido el primer “continental” en bajar en balsa de ciprés el Río Baker, y haber contribuido a instalar la primera red de agua potable de Caleta Tortel. Por cierto, terminamos absolutamente enamorados de la Patagonia. A fines de ese año nos titulamos con nota máxima, en buena parte gracias a nuestro profesor Parrochia (Hartmann, 1982). Hoy, más de treinta años después, puedo señalar que aprendí de esta experiencia y de nuestro profesor guía, el arquitecto Juan Parrochia, mucho más que lo profesional, lo estimo como uno de los sabios con quien tuve la suerte de formarme para la vida. Aprendí de él que todo está interrelacionado −ley natural−, y también la importancia de mirar hacia el futuro −planificar−. Sin duda, don Juan Parrochia influyó mucho en mi vida. En 1982 también nos hicimos socios del CODEFF, tras lograr en una operación conjunta con la CONAF y personalidades de Rancagua la declaración de la Reserva Nacional Los Cipreses en el alto Cachapoal. Posteriormente nos encargamos de evitar que el MOP extrajera agua del Lago Chungará en el Parque Nacional Lauca, para enviarla a Arica, lo cual finalmente, en 1985, se logró ante la Corte Suprema por parte del abogado Fernando Dougnac con el respaldo de Don Godofredo Stutzin.

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