Aisén Reserva de Vida: testimonio de un arquitecto activista ambiental formado en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile
176 Aisén Reserva de Vida cartón reciclado y tabique de quincha y revestimiento de tejuela, una técnica de bajo costo y de rápida construcción. En el intertanto se ha formado un vecindario con algo de espíritu de comunidad, con iniciativas como Mingalegre (permacultura), Hare Krisna, música, unos hermosos huertos e invernaderos y construcción artesanal en tierra, madera, “ecoladrillos, pallets, botellas, reciclaje. En eso está también nuestro hijo Martín Keoken y su familia y amigos, lo cual no deja de ser trascendente y alegrarnos. El otro hijo, Tomas Joshen está dedicado al sonido y la música: PatagoniaDub y también está con su compañera experimentando con un huertito en Ñuñoa sin perder su amor por la Patagonia. En estos años también aprendimos que el arquitecto urbanista ordenador territorial está obligado a ser holista y entender de todo, ser buscador, comprender qué se quiere decir con “desarrollo” y cómo buscar soluciones más allá del “más de lo mismo”. Y como persona eso implica mantener la capacidad de observar, aprender y admirarse con lo inconmensurable del universo y con sus manifestaciones más pequeñitas. Gracias a eso ha sido posible convertirnos en ecologista o ambientalista y tratar temas tan diferentes y hasta volvernos en expertos, en energía, agua, biodiversidad, bosques, áreas protegidas, geología, pesca y acuicultura, nuclear, patrimonio cultural, comunicaciones, construcción y varios más. Como nos decía alguien, somos “rebeldes con demasiadas causas”. En cuanto a transmitir nuestras ideas, lo hemos estamos haciendo en nuestros programas de radio, en las columnas en el diario, con el ejemplo y en el trabajo de nuestras organizaciones y campañas. No han faltado las y los amigos que han seguido nuestros pasos.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=