Aisén Reserva de Vida: testimonio de un arquitecto activista ambiental formado en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile

169 Peter Hartmann Samhaber españoles y en la República. Así, se puede consignar la extinción del Chungungo, la Foca Leopardo, el Elefante Marino, el Lobo Fino; la destrucción de 95% del ciprés y la quema de islas enteras, los tres millones de hectáreas de territorio continental quemado cuyo suelo terminó en el mar, la sobreexplotación y el colapso de prácticamente todas las pesquerías, la disminución en abundancia de las especies bentónicas, el cementerio de ballenas (muerte por toxinas de marea roja), las cada vez mayores floraciones de algas (incluye dinoflagelados exóticos invasivos de marea roja), la mortalidad de bancos de corales, la reducción en el avistaje de aves marinas y la cada vez mayor cantidad de basuras y efluentes. Y mejor ni hablar de los pueblos originarios. Para colmo, el cambio climático se percibe con efectos como la acidificación, un cambio rápido que afecta la calcificación de los seres marinos, y la novedad es el cambio en la composición de oxígeno. La producción de 400 mil toneladas de salmón al año en este mar significa impactos locales, como los restos orgánicos y con eso, la falta de oxígeno, el bloqueo de fotosíntesis y filtradores, la alteración de 3000 has al 2016, las descargas de 4000 toneladas de fósforo, 200 toneladas de cobre, 180 de antibióticos y 34 de químicos (para eliminar Caligus “piojo marino”). Suele haber preocupación sobre los efectos en el fondo marino, pero no en los bordes donde los daños son peores. Respecto al uso de los químicos, aprendimos que de paso matan a las larvas de jaivas y centollas; de sus efectos sobre otras especies nada se sabe, mientras se usa incluso en áreas “protegidas”. En cuanto a impactos regionales, estos son cualitativos, en el fitoplancton, efectos en la cadena trófica, hipoxia y efectos tróficos de salmones escapados asilvestrados. También escuchamos que se está actuando en los límites de aceptabilidad; que es necesario el uso de varios indicadores; que en la norma noruega está todo considerado, mientras la ley chilena aún no cuenta con reglamento para el monitoreo; que, si bien el agua

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