Aisén Reserva de Vida: testimonio de un arquitecto activista ambiental formado en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile

141 Peter Hartmann Samhaber debido a la incorporación al SIC de nuevos proyectos mineros en el período 2008–2017. Es decir, el “proyecto país” pregonado hoy por ENDESA es fundamentalmente para abastecer de energía a transnacionales mineras como Pascua Lama, Pelambres y otras de la III y IV Región que poco aportan al desarrollo nacional. Y la energía que pretenden producir no tendría tan bajo costo (sin considerar aquéllos naturales, sociales y culturales con que son subsidiados). De hecho, su valor de instalación puesto en Santiago sería sobre US $ 2.000 el kW, más alto que otras alternativas más cercanas. Prometer no cuesta nada ENDESA, y ahora HidroAysén, además de la falacia del “proyecto país”, pregonan beneficios para la región, como empleo, desarrollo, energía barata, mejorar la infraestructura y entregar estudios ambientales. Aparte de ser un “negocio país” de los más poderosos grupos económicos para convertir Aisén en despensa o pila energética, el crecimiento económico que pueda producir un megaproyecto no significa desarrollo, ni menos equidad y mejor calidad de vida. El empleo que se genera es sólo en la construcción y es de carácter especializado extraregional; las hidroeléctricas y las mineras son las actividades que menor empleo generan (en este caso unos 90). Y ¿cuántas fuentes de empleo destruyen? ¿Y qué pasa con los miles de cesantes al terminar las obras? Las mineras y la industria en general son los mayores consumidores de energía (31 y 30% respectivamente), la “posible energía barata”, ¿cuánto tan barata seria? Además, se cuestiona su factibilidad técnica. Al lado de las represas Ralco y Pangue se paga la tarifa eléctrica más alta de Chile. Ahí también prometieron energía barata.

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