Desafíos emergentes de la modernización del Estado : reflexiones y casos de América Latina y Europa

Javier Fuenzalida | Pablo González ( Editores ) 176 acción para diseñar la política pública ” (2008, p. 238). En este sentido, tanto los actores gubernamentales como los no gubernamentales se encuentran en un espacio de condicionantes para el logro de un plan de acción: • Al problema detectado, inscrito en la agenda gubernamental, se le debe iden- tificar y definir “la o las soluciones al problema y cuales son aceptables”. • Avanzar sobre cómo se quiere resolver el problema. Selección de los ins- trumentos de acción y revisión meticulosa de las soluciones ideales y los medios disponibles. • Suponer una definición de líneas de acción mediante un proceso de selec- ción transparente y racional. • Respetar las diferentes posiciones para que la selección sea consensuada dentro de un conjunto amplio de posibilidades entre los diferentes actores interesados, así como entre las dimensiones técnica, institucional y política. • Se necesita que tanto los actores no gubernamentales como los funciona- rios públicos confíen en su habilidad para reunir la información disponible que pueda servir de guía en la formulación de políticas viables. En referencia a la implementación, esta es vista como la aplicación de las soluciones seleccionadas en formulación o diseño. Para llevar a cabo la puesta en marcha del diseño, se requieren enfoques de gestión pública. En el marco jerárquico de la administración pública, la implementación era considerada como la continuación de la formulación de las políticas por otros medios; de acuerdo con la perspectiva wilsoniana (Wilson, 1887), la administración empieza donde ter- minan las políticas públicas, los analistas de la política pública tendieron a evadir el impacto de la burocracia y los proveedores de servicios en la efectividad de las políticas, y el modelo de caja negra aportó un marco para analizar las políticas públicas como sistema, descuidando en gran parte los procesos que tienen lugar dentro del sistema, así como las actividades de resultados y de retroalimentación (Crozier, 2010). Por otro lado, la Nueva Gestión Pública aparece para emplear una amplia gama de procesos administrativos, que consiste en mezclar los recursos y los procesos públicos y privados en la implementación de políticas públicas, incluidos los acuer- dos de cooperación público-privadas y redes, la planificación estratégica y técnicas de gestión, la externalización y privatización de los servicios públicos y las orga- nizaciones de prestación de servicios sin fines de lucro. Esta nueva gestión se es-

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