Desvelos en el alba
das en un astillero costino, a comer– ciar a los países hermanos. Maridaje de roca, de nieve montañesa y de los caminos oceá– nicos, amplios, dilatados y de infi– nitos horizontes, que nos llaman a cada momento con el arrullo de sus olas, connubio de araucano indó– mito y de español que se obstina por rendirlo durante tres siglos, mezcla de elementos y razas po– tentes, ¿qué nos tendrá reservado el destino si nó le desoimos? La historia de la república es aún niña. Estos países de Améri– ca son como adolescentes plenos de energías y posibilidades infini- ) 97 (
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=