Desvelos en el alba

costas de Chile y que trae al equi– noccio, el hielo de los abismos oceánicos. Todos los climas y todas las for– mas de maridaje entre la tierra y los elementos. En el norte, la pam– pa salitrera sin una gota de agua y por ende, sin un árbol, sin ni– dos, sin un ave, ni una yerba. Después, los valles transversales que serpentean de la cordillera al mar, cañadas profundas por don– de corren hilillos de agua que pro– digan feracidad pasmosa a las es– trechas lenguas de tierra de sus riberas. Allí fructifica el naran– jero, el aguacate, la chirimoya. Los higos se hinchan de miel, y las uvas dulces y sabrosas se transfor- ) 91 (

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