Desvelos en el alba

Se diría que todo el país es un esfuerzo de la tierra por no nau– fragar entre las ondas: tan altas son las cumbres desde que se des– peña, tan constante la fuerza de atracción de esas concavidades oceánicas que rugen a su vera. Desde el Norte hacia el Sur la estrecha banda de tierra atraviesa todos los climas y todas las latitu– des : desde el Trópico hasta las cer– canías del Polo. Pero su trópico es fresco y sus tierras templadas son frías, porque los vientos que se despeñan de la montaña, llegan transidos de nieves eternas, y las brisas que soplan desde el mar, se estremecen al calofrío de la co– rriente de Humboldt, que baña las ) 90 (

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=