Desvelos en el alba

Mientras más ignorante es una persona o un pueblo, menos respe– to siente por la cultura ajena, por– que no se da cuenta del valor hu– mano que ella representa, ni del sabor diferente que sus lecciones prestan a la vida. Es natural que la juventud, que apenas lleva a sus labios la copa de la sabiduría, nie– gue los valores antiguos y pretenda recrear, en una sola generación el mundo. Es verdad que la última guerra pareció dar la razón a los jóvenes en contra de los viejos que fomentaron esa horrible carnice– ría. Nunca como ahora se ha pre– tendido vivir con más énfasis una vida nueva ni se ha sentido más re– cio el manotón de los jóvenes para ) 68 (

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