Desvelos en el alba

del mundo sino su apariencia mor– tal, y aquella miel se desvanece junto con las cosas efímeras. Mon– tañas de libros hay, cuyas palabras son celdillas vacías. Más si el espí– ritu ha logrado desentrañar la esencia inmortal y divina de las cosas, la miel de sus palabras per– dura eternamente. Cambiarán las naciones, sus lenguas y sus cos– tumbres y, sin embargo, en ellas irán a abrevar siempre su sed de belleza, de verdad o de bien. Ten– drán un significado para cada hom– bre y para cada tiempo, porque lo que expresan, está por encima de las mudanzas del hombre _y del tiempo. ) 58 (

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