Desvelos en el alba

hemos de tratar de vivir contra el tiempo? ¿Por qué no acatar su ló– gica y sentir que cada minuto nos depara una novedad, una penetra– ción mayor en esa incógnita ilimi– tada del futuro? Para que la vida sea fecunda, hay que vivirla aler– ta, sabiendo que somos todos ex– ploradores de los años; aspirar el perfume de la novedad en cada instante -no importa si con los cabellos grises y las coyunturas anquilosadas. Aceptar el pasado co– mo un tesoro de experiencias, pe– ro sin tratar de revivir ninguna, siempre nuevos ante el mundo, siempre atentos a lo que ha de ve– nir, exploradores y adelantados en la inmensa trayectoria del futuro. ) 55 (

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