Desvelos en el alba
ventado ni el lenguaje; ni el arte, ni las instituciones. Y para que pueda continuar desarrollándose en el medio social, es indispensa– ble que exista una armonía entre la "extensionis exigentia" de uno y de todos los demás. El mejor es– tado será aquel que asegure el más amplio desarrollo individual den– tro de la más justa armonía social. Sólo entonces podrá maravillarse el mundo ante la florescencia in– sospechada hoy del espíritu huma– no, tan amordazado, tan agarrota– do por los miles de prejuicios, im– posiciones y leyes envejecidas. El hombre habrá de revisar sus códigos, sus creencias, sus costum– bres y su moral a la luz de esta fi- ) 4J (
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