Desvelos en el alba
míst ico y, en cambio, han sido edu– cados en la superioridad de la cien– cia positiva, desligándose fácilmen– te de la religión heredada, se ha– llan en medio de la vida en la impo– sibilidad de adaptar los viejos sím– bolos a los nuevos ideales, ni de crear para sí o para su pueblo una nueva religión. Ingresan desde ese instante a los sistemas racionalis– tas de vida. El hombre necesita compren– der. La razón es incapaz de darnos la respuesta de los por qués funda– mentales. ¡ Imposibilidad de comprender el destino del hombre! ¡Imposibi- ) 39 (
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