Desvelos en el alba

aspectos típicos del alma grie– ga; pero mientras el hombre vivo evoluciona, el mito consagrado por los sacerdotes permanece inaltera– ble. El dogma momifica al símbolo y el sacerdote pasa a ser el celoso guardián en el sepulcro de los dio– ses muertos, hasta que llega el mo– mento en que el hombre evolucio– nado mira al dios que engendraron sus antepasados como un mito in– ferior y lo abandona. Este momento de crisis, de cri– sis la más honda de la conciencia humana, es el instante decisivo en el destino de los pueblos. O aceptan éstos normas de vida, en que nuevos conceptos racionales reem– plazan a las religiones, o ayudados ) 33 (

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