Desvelos en el alba

res efímeros en valores eternos, de actos materiales en anhelos idea– les, falta, no podemos imaginar nuestra vida y nuestro yo sino en el plano de las cosas que nacen, vi– ven, mueren como las flores de los campos y las aves del cielo, sin finalidad racional alguna. Si lo aceptamos así, si nos con– vencemos de que la belleza, la ver– dad y el bien son valores relativos y perecederos, si creemos que la vida humana es y será siempre im– perfecta, dolorosa e inútil, no que– da en pie sino una sola verdad: la Nada. Para quien la ha mirado ca– ra a cara, para quien siente que ella es el principio y el fin de la existencia, ya no hay vida posi- ) 30 (

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