Desvelos en el alba

Julio 5 de 1929 . NADA me parece hoy dig– no de ser ambicionado. La felici– dad, la callada como la vocingle– r a, escondida o en el tumulto de las multitudes, no existe. Apacigua– miento del dolor, tregua , minutos transfigurados, horas de olvido, eso es lo que encontramos; pero un estado permanente en que uno se halle en paz con la vida, ni aquí ni en ninguna parte. Un perpetuo vaivén entre lo que place y lo que ofende, entre lo que se desea y lo que se alcanza, eso es la vida. !Y soledad! Que ya no amarga tanto, porque ya hemos aprendido que en ) 115 (

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=