Desvelos en el alba

ta y breve, y boca grande. de la que fluye una voz nerviosa, cordial, animadora. Es muy erguida, sin arrogancia; tiene ágil el paso. Al sentarse no se arrellana. Siempre su actitud es la de partir, aunque donde se encuentre es– té en lo suyo. De cerca uno advierte que con los ojos, las cejas, las sienes y la parte superior del rostro lo acoge, lo inspira, pero de la nariz a la boca, -y sobre la boca es donde reside su voluntad-, su fisonomía cambia . Con la boca en silencio sitúa a los demás, los circun– da, los clarifica. Un ángel estaba también en la sala, án– gel conocido en el mundo objetivo con el nombre de Manuel Aguilera . Había sido mi profesor de Matemáticas en el Liceo Santia– go. AJ comenzar un año , mi primero y úl– timo de humanidades, dijo: -Niños.... Usaremos como texto la aritmética ... . de Proschle y Mardoqueo Y á– ñez. Los autores me han regalado un ejem– plar.. .. ¡ y se lo daré al niño más pobre de la clase! En esta parte el ángel agregó : -¡ A Ud .! -Me señaló con tal precisión que de– bí acercármele en el acto , recibir el libro, agra – -0ecérselo y tornar a mi asiento con el rostro cálido. Sentí vergüenza de ser motejado de ) 10 (

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