La Quinta Normal i sus establecimientos agronómicos y científicos : paseo de estudio
-100- Es por eso que el Gobierno de la Gran Bretaña, al fun– dar observatorios astronómicos en sut3 colonias de Africa i Australia, los h;:t dotado de instrumentos perfeccionados construidos por los mas adelantados fabricantes de la época. Así, al decretar en 1820 la fundacion del Observatorio del Cabo de Buena Esperanza, la « Cornision de los instru– mentos», compuesta de hombres tan caracterizados como el capitan Kater i el jeneral Mudge, dió por ·dictámen a la Oficina de lonjit~tdes de Lóndres, qúe .debian contratar- . se con Troughton, Dollond i Iones, instrumentos de las mismas dimensiones que los de Greenwich i que debian ser construidos, en cuanto fuese posible, en la misma forma i manera que ellos. Esta oficina, siguiendo ese dictá– men, encargó a los especificados fabricantes instrumentos tan perfectos como los de Greenwich e instalóse con·. ellos el Observatorio del Cabo. En cuanto al de Melbourne, la Sociedad Real de Lóndres en 1853 ·envió al Gobierno una delegacion de conspicuos personajes a fin de hacerle presente las ventajas que se reportarían de la ereccion de un gran telescopio en Australia. ·A-plazada la realizacion del proyecto a causa de la Guerra de Crimea, el duque de N ew-Castle, en 1862, Ministro entónces en las colo– nias, lo llevó a término, «para fomentar la ciencia, cor~o' él decía, en l~ colonia de la Victoria.)) Siete áños despues el gran telescopio de Grubb, que había costado 5,000 li bras esterlinas o sean 25,000 pesos oro, se instalaba en Melbourne. «Es un honor, dice Mailly a este propósito, del cual deben sentirse orgullosos lo~ colono~ de la Vic– toria, el poseer costeado por el tesoro público, el mas gran- . de telescopio que se haya dirijido hácia el cielo en el he– misferio austral». I sin salir de nuestro propio hemisferio, votada por el Congreso arjentino,. en 1869, la lei de fundacion de un
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