La Quinta Normal i sus establecimientos agronómicos y científicos : paseo de estudio

-73- no que hasta su colo~ azul es perceptible. Si otros observa– torios, esclama aquí Gillis con plena satisfaccion, han sido tan felices como nosotros, un vivo interes presentaría la dis– cusion sobre estas observaciones, porque ella decidir.ia , pro– bablemente para siempre, sobre la posibilidad de concluir la paralaje exacta de Marte, deducida de medidas diferen– ciales i meridianas)). I termina así: «Durante todas esas bellísimas noches, - mis ayudantes agregaron en cada vez mif estrellas al catálogo, i desde el 29 de mayo _al 9 de setiembre de 1852 observaron mas de 5,000 ·estrellas)). Segun carta de' Gillis al almirante Smyth, datada en Santiago a 20 de ener-o de 1852, las zonas 'Observadas por éste en Santiago, publicadas en 1871 pór el almirante americano Sands, 1 cumpliendo órdenes del Gobierno de los Estados U nidos, ascienden a 2,000 estrellas nuevas; pues él no se propuso someter a una revision los catálo– gos existentes, sino hacer una revista sistemática del _cielo. Este trabajo lo comenzó en febrero de 1850; su pri- . mera idea fué la de catalogar las estrellas colocadas entre el polo sur i el zenit de Santi&go, péro por falta de tiem– po restrinjió este plan. . Gillis consagraba la noche del domingo a la rebusca de las estrellas de La-Caille, que j-ama~ otro astrónomo ~1ubiese observado. De este modo rectificó muchos errores del catálogo de la ·Aso0iacion Británica, i los resultados de Santiago fueron confirmados · mas .tarde por las observaciones .de Mr. Maclear,- en el Cabo de Buena Esperanza. La espedicion estaba terminada. Pero había fallado su objeto capital, es decir,. la determinacion de la J>aralaje del sol por observaciones correspondientes de Venus i Marte, hechas en Washington i en Cambridge (Massachus- · set), puntos colocados poco mas o ménos bajo el mismo me- · ridiano que Santiago. Empero había fallado no por culpa del teniente Gillis, sino de sus colegas de Washington i 10 1 .