La Quinta Normal i sus establecimientos agronómicos y científicos : paseo de estudio
-63- siglos de siglos, se han encontrado obj-etos, los unos que dan luz sobre la existencia inicial del hombre, i los otros que muestran la Edad ya de p'iedra, ya de bronce, ya de hier1·o a que ellos han pertenecido i las civilizaciones a que corresponden. Así, en la caverna llamada Gruta de las hadas, situada en Arey ( Yonne ), visitada i descri– ta por Vibraye, se encontraron capas distintas correspon– dientes a la Edad de píedra, huesos fracturados del oso, de la hiena; del mammouth i del rinoceronte, revueltos con trozos de silex, trabajados por el hombre, i un trozo de la parte superior de la columna vertebral de un 'esque– leto humano. En las cavernas del Perigord, esploradas · por Lartet i Christy, conocidas por las grutas de la Gar– ganta del Infierno, la de Mottstier, en el valle de Vicere, í la del Pey de l'Azé, situadas las tres en el departamen– to del Dordoña, se han encontradó en la de la Garganta del Infierno, segun Figuier i Zimmerman, silex tallada en forma de raspaderas, un guijarro de cuarzo blanco, hueco por un lado, que habria servidb probablemente de morte– ro, instrumentos de hueso i de asta de siervo, figurando, entre ellos, tres con hendidura; en la de Moustier, hachas del tipo de almendra, propio del dilttVÚtm de Abbeville i de Saint Acheul, trozbs de lanzas biconvexas, de trabajo mui esmerado, osamentas de osos i hienas, i trozos de molares del mammouth. En la caverna de Lherm, departamento de Ariege, vi– sitado por Garrigon y Tilhol, se han encontrado restos humanos, dientes, homoplastos i una falanje del pié, reu– nidos a millares de osamentas del oso, lo cual indica a estos dos , jeólogos que esos huesos .humanos son de la misma épocf\ de este oso; pero Trutat, que mandó hacer escavaciories en esa caverna, opina que el hombre no de– bió habitarla en aquella época, sino despues de la estin– cion de las especies espresadas.
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