La Quinta Normal i sus establecimientos agronómicos y científicos : paseo de estudio
-61- el museo de Christchurch (Nueva Zelandia del sur). Vi– mos tambien allí, reproducido en yeso, un huevo enorme • de una ave ya estinguida, que existió en la isla de ]\1ada- gascar, la cual nos trajo a la memoria los cuentos de las Mili una noches, donde aves jigantescas vuelan llevando ~n sus inmensas alas los personajes de esa fábula maravi– llosa. Viene aquí el periodo de formacion cuaternaria, i con éste la aparicion probable del hombre i la época de los diluvios. Aparecen en ese periodo animales mas perfectos, los rumiantes i los mamíferos jigantescos, cuyos restos se encuentran sepultados en terrenos aluvionarios, pues ellos, como, el hombre, son contemporáneos con los diluvios. A este propósito, dicen Figuer i Zimmerman: «Créese que esos animales han perecido a causa de las grandes inun– daciones, quedando sepultados bajo la arcilla i la arena, las cuales, por transformaciones sucesivas, se han conver– tido en granito, pórfido i arenisca. En efecto, las tr~dicio nes de todos los pueblos comienzan por un diluvio». I agregan mas adelante: «Hemos demostrado ia posibilidad de semejantes cataclismos aun en nuestros dias, i hemos probado asimismo que es natural que los indios, los grie– gos i los americanos tengan su diluvio, así como los he– breos, los caldeos i los persas. · Cada pueblo cita tambien su Noé como a su Patriarca: los chinos lo llaman Tohí; los indios, Satia,vrata; los helenos, Deucalion; lo~ habitan– tes de la Arcadia, Dardano, i los mejicanos, Kox-J(ox». (1) (1) Véase El mundo ántes de la m·eaciort del hombre, capítulo VI, Edad de pm:lm.
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