La Quinta Normal i sus establecimientos agronómicos y científicos : paseo de estudio

' -50- . poner término a tal desgreño i evitar la ruma cierta de tantas preciosidades naturales. En 1853 ese gobierno nombró como -director de esta sombra de Museo al hombre necesario, al naturalista es– perimentado doctor. Philippi, tan amante CQmo Gay de esa bella i útil ·institucion. El señor Philippi se puso con tezon a la obra de reconstitucion del Museo, i a fuerza de voluntad i perseverancia, restaurando, aumentando i cla. sificando sus objetos, ha logrado al fin galvanizar ese ca– dáver, i aun vestirlo de gala como hoi se encuentra. En estos últimos 34 años, en efecto, el señor Philippi, recorriendo la República, como Gay, de norte a sur, por desiertos i montañas, ha mas que triplicado los ejemplares de animales, plantas i ?linerales indíjenas, acopiado raros e inapreciables objetos de antigüedades chilenas i formado colecciones valiosas .de produ?tos estrajeros por canjes con otros museos. De este modo, sin descuidar ningun ramo, i eficazmente secundado por hábiles PREPARADORES como J erman, ·de ORNITÓLOGos tan pacientes como Landbeck, que ha segado manipulando las sustancias arseriicale:;3 de las preparaciones, i dé TAXIDERMISTAS como Rahmer, ·ya de fama ·por su viaje a Guinea en busca de objetos de historia natural, el doctor Philippi ha enriquecido en tal manera nuestro Museo ,que ·es 'ya considerado como el pri– mero de la América del Sur, esceptuando los ramos de animales anti-diluvianos i de objetos etnográficos de in– dios del Brasil, eri que)o superan el de Buenos Aires i el de Rio; i esto porque los primeros abundan en las pampas arjentinas i los segundos en los sepulcros indíjenas de es– te Imperio. Habiendo asi auméntado tan considerablemente sus CO· · lecciones i sintiéndose ya estrecho en su antiguo local, el Museo fué trasladado en 1876 al gran Palacio construido pa-ra la Esposicion de 1875, en la Quinta \Normal, i en la

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