La Quinta Normal i sus establecimientos agronómicos y científicos : paseo de estudio

-34- centro los ca1npos consagrados a pastós ·artificiales; i ya las razas tardías del pais no eran suficientes para aprove– char con ventaja los magníficos prados artificiales de for– macion reciente. Antes de 1870 no se sentía la necesidad de mejorar nuestras razas por la introduccion de lás estranjeras afa– rnadas. Desde que el señor Besnard, hábil agrónomo fran– ces, fué contratado en Francia para dirijir la seccion zoo– lójica de la Quinta, é.sta fué poco a poco recibiendo los nuevos huéspedes, las muestras de toros Durham, de me– rinos precoces, de cerdos Beckshire i Y ockshire, de po– tros ingleses, padres despues de robustos frisones, de áji– les hípicos i de elegantes caballos de silla i de carruaje. U na vez conocida la hermosura i cualidades sobresalientes de los hijos .de esos reproductores estranjeros, se produjo entre los hacendados intelijentes i ricos una fiebre violenta por el cruzamiento de nuestras razas con tipos finos o fuertes, e~cargados espresamente a Europa. Estos repro– ductores se diseminaron en abundancia en toda la Repú– blica i en poao mas de una década, esta _conquista se ha consolidado. Finalmente, las anuales esposiciones de ani- · males, fortificando esta tendencia, han acentuado la favo– rable transformacion de nuestras razas. • § 2.o LOS INVERNÁCULOS Y EL HUER'rO I Invernáculos subterráneos Para variar de impresiones, i siguiéndo el precepto de Horacio, mezclar lo útil a lo agradable, nos marchamos en seguida a la rejion de los inverna.deros de plantas. Es-

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