La Quinta Normal i sus establecimientos agronómicos y científicos : paseo de estudio

-162- go, su vecindad al Ecuador que le permite observar la mayor parte de las es~rellas de nuestro cielo, i el ofreci– miento hecho por lVIr. Pogson, su actual director, de con– currir al trabajo de zonas arriba espresado, nos obligan .a rejistrarlo entre los correspondientes a este hemisferio. Fué fundado por la Compañía de las Indias Orientales en 1820, mas o ménos. Su primer director fué Mr. John Goldingham. En 1830 falleció este i tuvo por sucesor al célebre Taylor que ha dejado huella profunda en la astro– nomía moderna. 11. El de Santa Helena. Fuera de los ·observatorios provisionales ilustrados por Halley i Masklyne, la Com– pañía de las Indias Orientales erijió el que el astrónomo ingles, Mr. J ohnson, estrenó. Este astrónomo ha llenado de gloria imperecedera ese observatorio, observando allí, de 1829 a 1,~33, unas 666 estrellas, que redujo a un ca– tálogo que fué premiado con la medalla de oro por la Sociedad Astronómica de Lóndres en 1835. 12. El de Córdobc~, en la Arjentina. Decretada su erec– cion por la Lejislatura, a fines de 1869~ no vino a insta– larse sino en J871. Fué estrenado por el sabio Gould, que le labró una reputacion europea. Hoi es dirijido por el intelijente Mr. Thome. Finalmente, el Observatorio de Santiago, instalado con éxito brillante por el Dr. Cárlos G. Moesta en 1852, i cuya reorganizacion conipleta forma el objeto princip'll del presente trabajo. Las cinco zonas en que se ha dividido nuestro cielo, es– peran la obra de los Observatorios de~ .hemisferio austral. La gloria de tan grande empresa pertenecerá a los mas activos e intelijentes, que sepan apreciar su alcance i ten– gan, a la vez, resolucion i perseverancia para llevarla a término.. Así, vasto es el teatro de accion, selecto el per– sonal de los esploradores, trascendental es lá obra, i todo

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