La Quinta Normal i sus establecimientos agronómicos y científicos : paseo de estudio

~ 149- talos últimos cinco lustros. Por esta causa Otto Volger solo pudo recojer noticias incompletas sobre el gran tem– blor de Víege en 1855, fijando solo de un modo aproxima– do su velocidad, s·egun el testimonio de Reclus (1 ). Perrey, profesor de la Facultad de ciencias de Dijon, espresa tam- .bien la duda de que se ·pueda formular una propo~icion respecto de esa velocidad «miéntras no sean mas exactos nuestros m-edios de observar el tiempo, i, suponiendo estos medios ménos imperfectos, miéntras ellos no sean de un uso mas jeneral». Es necesario, dice, «aguardar nuevos descubrimientos para poder formarse una idea precisa de la velocidad de propagacion de la onda séismica)). N uestro sabio Domeyko, en su estudio sobre el gra:q. terremoto que asoló una parte del Perú el 13 de agosto de 1'868, toma en consideracion . «la ·poca seguridad con que se fija el momento en que lile hace sensible el primer movimiento del suelo en un terremoto». Tan solo desde 1853 en que . se aplicó por la primera vez · el telégrafo eléctrico para indicar las sacudidas del temblor de Soleure se dispone,· como dice Reclus, «de un medio casi seguro para fijar el momento del paso de las ondulaciones terrestres en las diversas localidades; pero hasta ahora solo se ha empleado el telégrafo escepcional– mente, i con mucha frecuencia han sido desate.ndida:s algu– nas de las condiciones de exactitud». Finalmente el señor J. Ignacio V ergara mismo, en el ya citado opúsculo, decía: «Miéntras no sea posible el uso de aparatos mecánicos que puedan indicar de un modo pre– ciso la duracion, la direccion i el sentido del movimiento, no es posible esperar ni mediana exactitud en las obser– vaciones gue se harán a este respecto por las _solas impre- (1) Véase La Terre. ' l

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