La Quinta Normal i sus establecimientos agronómicos y científicos : paseo de estudio
- 1~8- la intensidad) producidos por el sacudimiento, los instan– tes en que él se hizo sentir en diversos puntos, la direccion en que f3e propagó i su duracion, concurren para probar que el punto de partida, o sea aquel donde se efectuó el primer choque, sino estaba situado en la Ligua misma, debió hallarse mui cerca de esta ciudad». II Falta de medios de observacion: sus consecuenoias Para llegar a este resultado el señor Vergara, a falta de instru~entos i de estacion ad hoc, se valió, como él lo dice, de observadores oficioso~ sin preparacion, que le tras– mitían, como datos, sus propias impresiones personales (1 ). I esto es natural, no habiendo existido medios para fi– jar la hora meridiana ánt~s del 27 de abril de ,1886, en la _capital, i no existiendo ellos hasta l;:t fecha en ninguna otra ciudad de la República (2), no pueden ser exactas las observ aciones que de los distintos departamentos se tras– mitan sobre el momento preciso del choque de un tem– blor. De semejantes datos no es dable entónces sacar conclu– siones que den confianza a la sociedad ni que aprovechen a la ciencia. Esta ·falta de medios .de indagacion i de observadores preparados no ha sido esclusivo patrimonio de Chile. En Europa faltaron aquellos medios i estos observadores has- (1) H é aquí sus propias palabras: «Pero no debe olvidarse qne nuestros observadores, como lo he dicho ya en varias ocasiones, no disponen ele ningun medio que les permita observar ele un modo preciso e5tos ! enóme- · nos, i que están obligados a conformarse con lo que les indican sus impre siones personales.» Véase «Apnntes sobrAel temblor de 7 dej ulio de 1873» por José I gnacio Vergara, Santiago, 18.74. (2) Véase nota 4/'· ilustra ti va: Hora m!Jridiana, inforn1e Marct1se.
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