Sujeto social y proyecto histórico en la dramaturgia chilena actual
En un sólo instante de la obra, Díaz rompe con el distancia- miento permanente que introduce su humor negro y amargo, recu rriendo derechamente a un lenguaje poético y metafórico. Esto ocurhe después de la farsa ante los periodistas, en la que se tortura a Chatarra paseándole manjares ante s¡us ojos y dándole lo superfluo en medio de su angustiante necesidad de lo básico, tras lo cual se le deja sólo en sus harapos. Chatarra le h a bla en su imaginación a Angel, su perro, llegando a confundir se su imagen .con la de Cristo en su crucificción. Con ello se incluye en la tradición cristiana de ver a Cristo en los pobres. Chatarra no ha opuesto ninguna resistencia. Queda de nue vo semidesnudo con el pantalón precariamente sostenido. Se empieza a escuchar el tema de Chatarra. La luz ha de crecido en el escenario y una .luz fría ilumina a Chatarra que se ve desamparado, casi lejano. Un silencio. Chatarra : Yo no sabía si estaba en una cárcel o en un burdel. Ahora lo sé. Sé lo que es. Un día cualquiera uno recuerda y sabe. Soñé una vez que me sacaban la ropa como aho ra y Fme clavaban sobre un viejo portón oxida do. Había escapado entre los fierros pero consiguieron aplastarme con los brazos abier tos sobre el portón cerrado. Desperté gritando. Todavía oigo el martillo. El Angel ladró teda la noche. (Chatarra se mira las manos y le habla al perro que tie ne a sus pies). No es sangre, Angel, no es sangre. Es el óxi do en las manos. (Al público). ¿Nadie tiene un puchito? (Un silencio). . Angel, he buscado el reposo. Un lugar de som bra donde esperar, como tú, a recibir el gol pe o el mordisco. Uno se equivoca. Angel. Creí que. vivíamos;en yna escuela de retardados, pero no. Ahora sé lo que es. (Al público) ¿Nadie tiene un puchito?...
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