Sujeto social y proyecto histórico en la dramaturgia chilena actual

que se rompa el dique de contención social que asegura su cómo da y exitosa vida. La experiencia traumática que viven los pro tagonistas a través de la obra, en que experimentan situaciones de concreción de sus temores a niveles más allá de lo imagina­ ble, es un acto anticipatorio que busca "despertar" a esta cla­ se a su realidad próxima. Toda la obra transcurre en el elegante living de los Meyer, fa milia de a l t a burguesía. . Está compuesta por el matrimonio ya adulto, el cual después de. 20 años de casados se sigue amando y sintiendo en la plenitud de la vida: son triunfadores. A ín- que han forjado su situación de propietarios !de una gran ernpre sa con esfuerzo, todo se les ha ido dando según sus aspiracio nes. .Pero hay en el ambiente signos reiterados de alteración del orden cotidiano, que los inquietan: sombras de los pobres del. otro lado .del río que se esparcen por los barrios residen­ ciales; el mozo (sirviente) que baila con la dueña de casa en una fiesta de gala; monjas que piden plata con sorda exigencia, etc.. Su felicidad está con esto empañada. Cuando los e s p o s o s .d u e r m e n , se quiebra un vidrio del salón y entra un harapiento de frac desgastado (China). Meyer lo des cubre.y lo amenaza con su revólver. Es incapaz de disparar; China lo desarma con una lastimosa petición de un pedazo de pan.- En los primeros diálogos se evidencia que China no es cul t u r a l m e n t e .un lúmpen, sino que posee una lucidez y penetración capaz de desenmascarar a los otros y de definir crudamente las situaciones e intereses de cada cual. Al decir de J.A. Pifia, cumple una función, de "conciencia vigilante" (20). La violación de la propiedad privada y de la intimidad de la familia se realiza progresivamente: a China lo sigue su compa ñera Toletole, y luego una multitud de habitantes de baaurales y de márgenes de río. Igual situación parece ocurrir en las casas vecinas. La mujer de Meyer se espanta ante lo que ocu­ rre y espera que la proverbial autoridad y capacidad de orga­ nización de su marido reviertan la situación. No entiende ra­ zones ni quiere establecer lazos de comprensión con las deman das de los invasores, apegándose hi st ér ic a y patéticamente a sus bienes. La hija del matrimonio es más activa; cree que se rá obedecida en t a n t o .manifieste su fuerza y p a p a c i d a d de. ejer cer la represión. Sale con un látigo decidida a golpear y vuel ve herida y maltrecha de su encuentro con los que habitan el ya desmantelado jardín. El hijo universitario desde un princi (20) J.A.Pina, "Egon Wolft": el Teatro de la destrucción y la esperanza", prólogo de "Teatro", Egon Wolff, Editorial Nacimento, 1978.

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