Sujeto social y proyecto histórico en la dramaturgia chilena actual

"Había una vez un Rey" por el contrario, es una obra eminente­ mente didáctica. La ubicación en un basural, y la elección de los personajes como recolectores, permite llevar al limite de lo grotesco la anécdota ejemplificadora, junto con plantear co mo interlocutor del mensaje a los sectores populares, d e s p r o - ” vistos de medios económicos. El tema y la enseñanza de la obra es simple, esquemática, sin pretensiones de captar psicologías o rasgos culturales carac­ terísticos de los personajes en cuestión, aún cuando se emplean dichos y una coloquialidad reconocible, al igual que una reto­ rica típica. .El cuento apunta a mostrar cómo se producen y re producen en la sociedad lógicas de dominación económicas y p o ­ líticas, que recaen sobre los que trabajan y la consecuente ne cesidad de éstos de oponer á ello la unidad de clase y la o r ­ ganización . Se p l an te a que la dominación económica es facultada por la pro piedad privada de los medios de producción (en este caso, de una flota de "carretones de mano", entregado por una viuda a dos papeleros a cambio de pagarles la mitad del valor de lo que recogen). El afán de asumir el dominio político surge en c u a n ­ to aparece una capacidad económica, aportada por el uso de ese medio de producción, el que ni siquiera es propio (y que gen - ra, por tanto d e p e n d e n c i a ) . Entran los dos amigos papeleros en un juego, en que uno es rey y el otro es su súbdito. Pero de la convención se pasaba ejer­ cer de hecho el poder, haciendo que al que le tocó ser s u bo rd i­ nado cargue al "rey" en el carretón, haga todo el trabajo, r e ­ ciba' menos paga, se altere la igualdad de trato, etc.¿ Cuando al rey se le termina el mandato, opta por ser un presidente de mocrático para mantener la adhesión de su sirviente, y cuando éste ya se rebela del todo, pasa a ser dictador. Cada uno de estos sistemas tiene su retórica justificatoria, desde la c u a , se emprenden diversas acciones, amparadas en la constitución y las leyes: el receso político, la cobranza de impuestos, la guerra, etc. Esta última se realiza pa ra no compartir con, o- tros su "medio de producción", (véase, no compartir el carrito de mano con otro pobre recolector vecino), o para cobrar por su uso. Este otro papelero, necesitado del carretón, se alia con el dictador y ya son.'dos a los que debe acarrear el que lleva el peso del trabajo. Hasta que se enfrenta a ellos en

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