Notas sobre autoritarismo y lectura en Chile
inherentes a los propios textos literarios se pueden hacer dos afirmaciones: — que él texto no es una entidad significante siempre i- déntica a sí misma. que la lectura lejos de ser pasiva es un elemento cons titutivo del texto. Así como en relación a la historia se ha sostenido la tesis del carácter provisional del conocimiento nistórico (‘-’nues- tro conocimiento del pasado está limitado significativamente por nuestra ignorancia futuro'1 escribe el filósofo analítico A.C. Danto), así también es posible sostener que nuestro co nocimiento de la expresión literaria pretérita está limitado significativamente por nuestra ignorancia de las lecturas y rnetatextos que se puedan generar en el futuro. Esta perspec tiva aún cuando relativiza el estudio literario tiende tam - bién a historizarlo, en la medida que rompe con la concep - ción de que el objeto estético es una entidad ahistórica cons tante a la que correspondería un investigador también cons tante y ahistórico. Ahora bien, entendiendo la lectura como una construcción men tal que cumple un rol activo en la conformación de sentidos, queda pendiente el problema de cómo desempeña ese rol, cuá les son los factores que inciden en él y cómo pueden explicar se sus transformaciones. De partida hay que señalar que se trata de un proceso muy complejo, que la lectura es afectada — como veremos— por diversas variables, y que la investiga ción sobre cada una de ellas o es inexistente o está todavía en estado larvario. Puede decirse, en consecuencia, que el
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