Notas sobre autoritarismo y lectura en Chile

un Chile que tiene a Providencia y Panamtur como sus santua­ rios y al crédito como su oráculo, un país en que hasta la compasión y la solidaridad se comercializan. Una realidad que encuentra su metáfora eo las micas de colores transparentes que se vendían a lo largo de Chile, y que se colocaban sobre un televisor en blanco y negro para provocar la ilusión de que se estaba viendo televisión en colores. Frente a este país de vitrina dorada y culturalmente amnésico, persiste sin embargo otro, un país invisible, que no se exhibe pero que sin embar­ go existe y late en distintos ámbitos de la conciencia colec­ tiva. Es el país subterráneo de una memoria histórica y de una cultura política que se niegan a ser..borradas, el país del Canto Nuevo y otras expresiones artísticas de rasgos alterna tivos, el Chile de la cultura mesocrática que se mantuvo leal a un-mundo periférico y desplazado, a una utopía de continui­ dad histórica que fue colocada entre paréntesis por el mcdélo. La tensión entre el país visible y el invisible — dos ámbitos que paradojalmente se retroalimentan— constituye un entorno que se instala en los códigos de lectura y de valoración per­ ceptiva. Con-excepción de aquella literatura que es directa o indirectamente tributaria de la cultura de masas y de la TV, todo el resto se sitúa en uno de los polos de esta tensión. Por derecho propio la literatura forma parte de la trama de la memoria histórica, y porta por ende, independientemente de su contenido — en un mundo en tecnicolor— una postura ética, una objetivación del país latente e invisible. Si puede a - firmarse esto en relación a los textos literarios en general, con mucha mayor razón todavía puede hacérselo respecto a Ne- ruda. Los cambios que se dan entonces en esta segunda etapa, y la presencia en la conciencia social de la tensión entre

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