Congreso nacional de arquitectura y urbanismo

- 8'1 - SANTIAGO, COMUNA CAPITJU.. Se trata de un problema que dentro de una concepción moderna y acababa de los hechos abarca su solución consi– deraciones de orden político, técnico y de prestigio na– cional. En lo político. Es sabido del país entero que la gran conquista que signific& en sí la Ley de la Comuna_Autónoma, rué desnatu-· ralizada a los pocos años por · una viciosa e incontenible intervención de los partidos políticos, hasta el grado de burlar de mOdo permanente los postulados que encarnaban en aquella~ey, haciendo ilusoria del todo, en la forma y ea el t'ondo, la independencia comunal, esclavizando los Jl.funici– pios al ímpetu de directivas y combinaciones meramente par– tidistas y constituyendo los mismos en simples t'eudos depen– dientes de un· centralismo avasallador y del mds egoísta rai-– gambre político. Se puede asegurar con sinceridad que, en la evidencia de los hechos, pocas leyes han si~o más insul– tadas por el trato humano; y aún más, que la .Camm.a, el or– ganismo jurídico administrativo que pretendió crear esa ley, en verdad no ha existido. A través de tantos años acaso s6- lo muy pocas y honrosas -excepciones púdieran mostrarse, aún hoy día, como significativa~ de que la opinión genuina de un vecindario -y su directa. acción, hay~ podido prevalecer alguna vez, y prevalecer en el camino del necesario y verda– dero progreso local que dicha ley ha perseguido co~o prin– cipal fi:r:t. Al cabo, lo~ extremos inauditos a que lleg6 en su in.– - conciencia la polítioa militante de otra época, produjo en

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