La Catedral de Santiago de Chile: estudio monográfico

Un informe sobre ei tembior anter~or; io emite y nb encuentra daños -peilgrosoS. El arquitecto era don Juan Murphy. Como insistiera ·Monseñor Valdivieso en lo referente al techo de la nave central, el arquitecto señor Vivaceta entrega al Arzobispo un plano de detalle y una carta e~<pl icatoria sobre arreglo de techumbre de la nave central. Esta carta y p1ano fueron entreg ad.os el 23 de enero de 1875. (Legajo 27 N? 57, del Archivo Arzobispal) .· . A todo esto, en el patio de los naranjos, que ya había sido dividido en dos, como vimos anteriormente, se seguía la edificación. Es así como en el año 1882, un grupo de oficinas vino a tener allí su asiento, ciñéndose a lo estipulado por el presupuesto que presentó don Angel A. Herrera. Hacia fines del siglo XIX, el 19 de octubre de 1886, se firmó contrato de construcción del Palacio Arzobispal entre don Angel A. Herrera, arquitecto, y don Fernando Solís de Ovando, Prebendado, Administrador de los Bienes del Arzo- bispado. . Hemos llegado así al final del siglo XIX y veremos ahora cómo se inicia la última y gran transformación de la Iglesia Catedral. Dirigía los destinos de la Iglesia chilena el Arzobispo Mariano Casanova. El día 18 de diciembre de 1888, el Arzobispo pidió al Gobierno un buen arquitecto para que hiciera los planos de embellecimiento de la Catedral. El señor E. Inzering fué nombrado para tal efecto. Como representantes del Cabildo estaban los -señores José Ramón Astorga y don Miguel R. Prado. Después de semanas de estudio y cambios de ideas, en julio de 1889, el señor Astorga pasaba el presupuesto de esta restauración y ·embellecimiento. Sin embargo, los planos del señor Inzering se quemaron en el incendio del Congreso. Poco después moría el ilustre arquitecto sin hacer nuevos planos y sin ver reali– zados los que ya había estudiado y confeccionado. Este triste suceso hizo demorarse por varios años la restauración tan ansiada por Monseñor Casanova. Es así como el Arzobispo llama a un pequeño concurso para confeccionar los planos del bullado embellecimiento. Tomaron parte en este torneo sólo dos arquitectos, don Emilio Doyere y don Ignacio C~emonesi. • ' El primero, en su trabajo, ofrecía una marcada tendencia hacia la a,rquitec– tura del Renacimiento. El segundo conservaba el estilo toscano o romano. Ante esta inspiración en Roma, Monseñor Casanova cedió y el encargado del proyecto fué el señor Cremonesi. Esto ocurría en el año 1897. Cremonesi se dedicó de firme al estudio y preparación del proyecfo citado y es así como el 14 de septiembre de 1897, entrega su presupuesto para la refacción de la Iglesia y la destrucción de la torre. Su detalle era el siguiente : l. Refacción completa de todo el exterior. Nueva Capilla del Santísimo Sacramento Dos nuevas torres 2. Refacción interior, nueva enmaderación Cúpula, Coro y vestíbulo Estucos, mármoles artificiales Trabajos de carpintería y herrería Vidrios pintados y de color Pinturas,. dorados Totales $ 157.000.--.-:. $ 146.000.- $ 303.000.- Esta es la refacción y embellecimiento que podemos contemplar actualmente. 20

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