La Catedral de Santiago de Chile: estudio monográfico

.. "En la nave que corresponde a la nave de la Catedral, todos los arcos a excepci 'n del primero y décimo, contados desde el frente que mira al Museo Nacional, necesitan de mayor a menor compostura, pero en el octavo y noveno de ésta, urgentísima por amenazar una próxima ruina". Firmaron el documento los arquitecto3 Francisco Brunet Delaine y Andrés A. Gorbea. El Cabildo y el Obispo estuvieron de acuerdo en nombrar a don José ,Vicen– te Larraín, Director de las Obras de la Iglesia, para que estudiar:a los arreglos que era necesario hacer y presentara un proyecto de dicha reparación. El citado arquitecto presentó el proyecto el 3 de julio de 1851, en Santiago, y ascendió a 38.269 pesos el valor del presupuesto, según consta en la página 19 del legajo 27, N9 57, que se encuentra en el Archivo Arzobispal de Santiago. Pasó el tiempo' y recién el 4 de noviembre de 1853, fué elaborado y aprobado un nuevo presupuesto por valor de 90.530 pesos, que presentó el señor José del Tránsito Cárdenas (pág. 67 del mismo anterior legajo). Este presupuesto y su correspondi~nte plano fueron aceptados. Del señor Cárdenas poco sabemos; sin duda fué un maestro de obras de los que trabajaban en· la Catedral y que llevó a efecto el plano de algún arqui- ·cecto. ' , Es interesante hacer notar la facilidad con que cambiaban de arquitectos y maestros. Se . explica esto por el afán de buscar siempre lo más económico y lo mejor realizado, afán que por lo demás obedecía a una época pobre en recursos monetarios, especialmente en ·la Iglesia, donde el dinero escaseaba y en donde siempre las obras que se hacían, dejaban --las cajas completamente exhaustas. Los trabajos de reparación del templo los llevó a cabo el señor Cárdenas, bajo la vigilancia del arquitecto señor don Eusebio Chelli, que f'ué nombrado Director Científico de las Obras de la Iglesia Metropolitana, el día 5 de octubre de 1854. Se le asignó un sueldo de 1.200 pesos anuales. El señor Chelli hace, en marzo de 1858, un proyecto de refacción del cielo de la nave central de la Iglesia. Este proyecto era de carácter decorativo, como bien se puede apreciar en la copia fotostática que se adjunta. El arquitecto acom– pañó a dicho proyecto un presupuesto para el trabajo de una capilla que ascendía a 789.50 pesos (eran diez capillas) . . El tiempo pasaba y el templo metropolitano continuaba siendo sometido a refacciones y mejoramientos. Fué así como el 7 de agosto de 1858, el señor Chelli entregó un presupuesto para completar la reparación de todo el ' interior de la Santa Iglesia Catedral y conclusión de la Capilla del Sagrario, que había sido comenzada en 1846. El detalle de este presupuesto se encuentra en la página 211 del legajo 27, N9 57, del Ai·chivo del Palacio Arzobispal. Tres años más tarde, el mismo arquitecto Chelli, el 2, de julio de 1861, hace otro presupuesto por .refacciones. , En esta época comenzó a intervenir también en las obras de la Iglesia el arquitecto don Fermín Vivaceta y es así como vemos que el Arzobispo le pide que dé un informe sobre el estado de la techumbre de la nave central y que le adjunte un croquis. El señor Vivaceta accedió gustoso a dicho pedido. El mismo Arzobispo, tal vez con la intención de comparar, pide al Gobierno le envíe un arquitecto con el objeto de tener otro informe sobre el mismo asunto. Es así como el Inspector Valdés Vigil de la Dirección General de Obras Públicas, informa al Arzobispado, el 4 d,e febrero de 1865, sobre la techumbre de la nave central, y adjunta un croquis diferente al de Vivaceta. El 27 de septiembre de 1874 un nuevo temblor. hace estragos en los tres arcos. principales de la fachada oriente. A esta época correspondía el Arzobispado de don Rafael Valentín Valdi– vieso, siendo él quien encargó al arquitecto constructor de la torre que diera 19

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