Ciento cincuenta años de enseñanza de la arquitectura en la Universidad de Chile 1849-1999

se considera así. Estas acciones generaron tendencias, y hemos sido capaces de transmitir nuestra experiencia al resto de la Universidad. La actividad de investigación se ha visto disminuida en los últimos años en la Universidad y existe una innegable preocupación de parte de los investigadores frente a las políticas de autofinanciamiento y de racionalización de gastos (ahorro, disminución de ayudas, etc.), la docencia se ha constituido en una actividad de facto priorizada en la Universidad de Chile. Así no es de extrañar que en la FAU también se refleje de algún modo esta tendencia. Se suma a lo anterior la existencia de fondos concursables de mejor monto que los tradicionales (Fondecyt, Did), a través de Proyectos Externos, lo que constituye una desincentivo a la participación en concursos de investigación propiamente tales. Queremos sin embargo realizar esfuerzos para cambiar esta situación. Para ello, se diseñó una política de incentivo a la investigación que se ofrece a los Departamentos, con el objetivo de ayudar a formular proyectos nuevos, y reformular proyectos anteriormente rechazados. Se ofrece apoyo metodológico a los académicos y apoyo en la generación de los proyectos. Se elaboró un manual de formulación de proyectos, que reúne informaciones prácticas y probadamente exitosas. Existiendo todos estos elementos contextuales, estructurales algunos, de política y organizacionales otros que complotan para un incremento del dinamismo de la investigación en la Facultad, creemos que hay que realizar un esfuerzo mayor por revertir esta situación. Así el reforzamiento de la labor investigativa de los Institutos y Departamentos se realizará mediante dos acciones: hemos generado recientemente en la Facultad, un fondo de investigación para incentivar a académicos jóvenes a participar en esta actividad. Estudiaremos para los investigadores un mecanismo de incentivo a la productividad en investigación otorgando jerarquizadamente según una escala de productividad ad-hoc, estímulo económico diferenciado y considerando períodos de evaluación quinquenales. A las acciones anteriores se suma el que se seguirán apoyando los vínculos existentes y fomentando otros nuevos, con instituciones universitarias, gubernamentales, fundaciones, empresas tanto nacionales e internacionales, que deberán servir para promover y crear proyectos de investigación, que permitan a su vez desarrollar programas de Postítulo, Magister y Doctorado conjuntos. La evaluación académica ha sido duramente criticada por los académicos y autoridades de la Facultad. Este proceso se percibe más como una traba que como un estímulo al desarrollo de la carrera académica. En efecto, han sido muy pocos los académicos que han avanzado a los categorías superiores, profesor asociado y profesor titular, generando los consecuentes problemas para cubrir los cargos de responsabilidad en la Facultad. Para el futuro es necesario transformar la evaluación en un proceso donde la opinión fundada de los pares sea el factor de evaluación central. Hay que crear al menos dos vías de evaluación académica, uno que privilegie la investigación y otro la actividad profesional-docente, otorgando relevancia en este último aspecto, al desarrollo de la disciplina y el reconocimiento de los pares. Asociada a la evaluación académica, está el proceso de calificación académica que se realiza cada dos años. Este último, aunque manifestando algunas importantes deficiencias, ha tenido muchos aspectos positivos, que han ayudado a corregir desviaciones en el compromiso académico, para tender a una mejor 226

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